Quizás porque vino alguien de Uruguay a visitarme y ahora no tengo mucho tiempo, o quizás de vago nomás. Hace una semana vino mi novia desde Uruguay, en realidad vino desde Punta Espinillo también, ese remoto lugar en las afueras de Montevideo, increible, capaz nosotros dos solos representamos el 10% de esa población :-)
En los primeros días he oficiado de anfitrión para ella, pero en verdad debo reconocer que hoy día ya ha conocido mas lugares de los que yo en 4 meses.
Quizás lo más relevante de toda esta semana, pelenado la punta con la idea nuevamente al karaoke (en verdad podría escribir todo un post sobre ese karaoke pero mejor les cuento sobre otras cosas, porque fue en verdad vergonsoso), y también la ida a Odaiba esta casi al mismo nivel , fue la ida a FujiQ. El parque de diversiones que no queda en Fuji pero desde el cual se puede ver al monte Fuji.
Ya algo me habían contado sobre sus montañas rusas y atracciones, pero una cosa es que te cuenten y otra es subirte. No sabría explicar las sensaciones vividas, pero era una mezcla de porciones muy grandes de "cagaso", si ese que se experimenta cuando uno piensa que le va a pasar algo malo, algunos le dicen "julepe", otros sencillamente "miedo", y otros, como fue el caso de mi novia, que lo expresan en palabras como: "mamá me quiero ir a mi casa", sumado a porciones de asombro, diversión, y a veces de alivio. Ojo, yo estaba tan cagado como mi novia, pero bueno, había que disimular :-)
Si si, ya sé, es imposible comparar este parque con el parque Rodó, por lo tanto no lo voy a hacer :-)
La otra casa del terror estuvo un poco mejor dado que te dejaban en una especie de hospital abandonado con una linterna, con la idea de recorrer sus recobecos y encontrarse con mas muertos vivientes. Interesante el formato, muy original.
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